Las ventajas de estos productos se basan en la forma de combinar estas diferentes alternativas
de ingredientes para alcanzar distintos niveles de energía y proteína que complementan los
requerimientos de los animales en distintas épocas del año y etapas de producción lechera, crianza
y crecimiento.
El uso de distintas fuentes de energía, fibras digestibles, granos y azúcares dan
distintas velocidades de degradación (rápidas como la melaza y lentas como la coseta), generando
adecuados tiempos de permanencia en el rumen, logrando una gran disponibilidad de nutrientes
para la flora ruminal. Esta sincronía de energías y aporte de aminoácidos derivados de materias
primas proteicas, logra mejorar la producción de sólidos lácteos.
Los alimentos para terneros iniciadores y en crecimiento aportan la energía y proteína para obtener ganancias de peso entre 500 y 800 gr /día. Esto se logra por los aditivos incorporados (probióticos – minerales orgánicos y vitaminas ADE y complejo B) y la calidad de la proteína obtenida por una formulación basada en aminoácidos. Esta tasa de crecimiento da como resultado animales que logran llegar a pesos de encaste y parto entre 15 y 24 meses, respectivamente. Los productos destinados a periodo seco logran adecuar al rumen para una próxima lactancia, aportando proteína de alta calidad por la incorporación de aminoácidos especiales para este periodo, además de levaduras y aditivos que
aseguren la anionicidad requerida para esta etapa.