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Alimentación emocional

“Emociones y Alimentos: Rompiendo el Ciclo de la alimentación emocional”

La alimentación emocional es un comportamiento normal, pero cuando se convierte en la principal forma de lidiar con nuestras emociones, puede tener consecuencias negativas para la salud física y emocional. Reconocer y abordar este comportamiento puede mejorar significativamente nuestra calidad de vida, principalmente cuando no contamos con las estrategias adecuadas para gestionar nuestras emociones.

Te invitamos a leer esta nota, en la cual se abordarán las características de la alimentación emocional y las distintas estrategias para manejarlo.

Alimentación emocional

En términos generales, el concepto de “alimentación emocional” hace referencia al uso de la comida en respuesta a una variedad de emociones, tales como estrés, ansiedad, tristeza, o incluso felicidad. De acuerdo con la evidencia científica actual, la alimentación emocional se considera un mecanismo de supervivencia en el cual las personas tienden a consumir alimentos “reconfortantes”- que se caracterizan por un alto aporte energético- como una forma de controlar o aliviar su angustia emocional o potenciar las emociones positivas relacionadas con el placer, conllevando esta conducta a un aumento del peso corporal, sentimientos de vergüenza, frustración y/o autocrítica.

El acto de consumir alimentos en respuesta a las emociones se explica por factores tanto psicológicos, biológicos, sociales como ambientales, destacando dentro de los primeros, el estrés, la ansiedad, la depresión y el aburrimiento.

Cabe señalar que las mujeres son más propensas a comer por motivos emocionales en comparación con los hombres, lo cual estaría explicado por factores biológicos, psicológicos y sociales.

Dentro de los factores biológicos que explicarían que las mujeres sean más propensas a una alimentación emocional, se encuentran los cambios hormonales que se producen durante los ciclos menstruales, el embarazo y la menopausia, los cuales pueden afectar el estado de ánimo y aumentar la probabilidad de comer por motivos emocionales. Junto a lo anterior, las mujeres suelen experimentar niveles más altos de depresión y ansiedad, en comparación con los hombres, a lo cual se suman las expectativas sociales y culturales respecto a la imagen corporal, lo cual puede desencadenar estrés y promover una alimentación emocional.

Considerando las consecuencias negativas que conlleva la alimentación emocional tanto para la salud física como emocional, te comparto algunas estrategias para abordarlo:

  1. Identifica que factores desencadenan esta conducta: Para ello, puedes utilizar un registro que te permita identificar situaciones, emociones o pensamientos que te lleven a comer emocionalmente. Reconocer estos patrones puede ayudarte a implementar estrategias que te permitan gestionar mejor tus emociones, como el ejercicio, la lectura, el arte, o la escritura.
  2. Practica la atención plena (mindfulness): Aprende a ser más consciente de tus emociones y de la relación que tienes con la comida. Técnicas como la meditación pueden ayudarte a estar presente y a tomar decisiones más reflexivas sobre cuándo y qué comer.
  3.  Valida tus emociones: Aprende a aceptar y validar tus emociones sin recurrir siempre a la comida. Hablar con un amigo o terapeuta sobre tus sentimientos puede ser útil.
  4. Establece una rutina de comidas: Mantén un horario de comidas regular para asegurarte de que estás comiendo de manera saludable. Esto puede ayudar a disminuir los episodios de comer emocional.
  5. Incorpora en tu rutina diaria técnicas de relajación: Prueba ejercicios de respiración, yoga o meditación para ayudarte a reducir la ansiedad y el estrés, lo cual puede disminuir la necesidad de comer emocionalmente.
  6. Busca apoyo profesional: Considera hablar con un terapeuta o un nutricionista que se especialice en la alimentación emocional. Ellos pueden ofrecerte herramientas y estrategias personalizadas.

 

 

Referencias.

  1. Denise Ratcliffe. (2024). Understanding and Managing Emotional Eating. doi: 10.4324/9781032664354
  2. Rebekka Schnepper, Jens Blechert, Ann-Kathrin Arend et al (2023). Emotional Eating – Elusive or Evident? Integrating Laboratory, Psychometric and Daily Life Measures. [https://doi.org/10.21203/rs.3.rs-3084307/v1]
  3. Vasilis, N., Vasileiou., Sally, Abbott. (2023). Emotional eating among adults with healthy weight, overweight and obesity: a systematic review and meta-analysis. Journal of Human Nutrition and Dietetics, doi: 10.1111/jhn.13176.
  4. Roberto, Decker., Marcelle, Matiazo, Pinhatti., Thiago, Gomes, DeCastro., Lisiane, Bizarro. (2021). Emotional eating: Associations among impulsivity, depression, sex, and weight status in young adults. 52(1) doi: 10.15448/1980-8623.2021.1.35452